jueves, 17 de mayo de 2007

algo absurdo


El otro día tuve un sueño, más bien tirando a pesadilla. Estaba comiendome un helado de un fuerte color rojo, que tenía un característico sabor a merkeñ, sin embargo, en el sueño, era absolutamente delicioso y me encontraba en una ciudad muy grande, que supuestamente era Praga, pero que se parecía sospechosamente a Valparaíso, y caminaba por el borde de un puente, mirando el "Danubio Azul" mientras el helado se me derretia entre los dedos, pronto este comenzó a sangrar profusamente y a manchar la límpida superficie del supuesto "Danubio" ... y yo comenzaba a tambalear, porque al derretirseme el helado perdía el equilibrio que me mantenía sobre el borde de aquel puente. Y mi helado sangraba a borbotones, manchándome entera, y al final todo era una lluvia de sangre coagulada sobre mi... yo corría (clásico) huyendo del helado sanguinolento, pues se había convertido en un río que deseaba atraparme y eliminarme de la faz del mundo onírico. Encontraba refugio en un teatro abandonado en que estaban dando una función de teatro de sombras y en que el público se componía principalmente de ancianos y bebés, ellos al volverse para observarme me hicieron ver sus cuencas sin ojos y sus bocas sin dientes, pero yo prefería eso al río de merkeñ-sangriento. Me sentaba, de pronto las sombres del escenario me dijeron "Natalia, Natalia zurückgekommen mit uns, bist du hier sehr gut" ¡en alemán! lo que significa "Natalia, Natalia, vuelve con nosotros, aquí estarás muy bien"... y yo iba... y de pronto una gorda disfrazada de walkiria me abrazaba y me decía "No, tu debes ir a pescar al río" (para darle de comer, supongo) y me lanzaba por una puerta escondida y yo caía y caía y caía hasta un arroyo de agua muy clara y al mirar a mi alrededor, ví a una chica japonesa que estaba de intercambio en mi Universidad durante el año pasado llamada Namiko que bailaba una danza al ritmo de Bach vestida completamente de negro... y yo no le decía nada, porque estaba muda... y Praga al final no era Praga, sino Valparaíso, y me miraba las manos y las tenía manchadas de sangre, mientras la Pasión de San Juan retumbaba haciendo que las casas y los puentes se cayeran... Y un silencio lleno de tigres vino a interrumpir la destruccion Bach, y cuando todo estuvo en paz, grité, y en mi boca se posó una mariposa nocturna que me dijo "no te procupes, cuando el diablo deje de tocar el violín, todo volverá". Y Namiko bailaba enloquecida, sin prestarme ayuda ni menos atención. Y empecé a elevarme, mientras, la sangre, el merkeñ, los coágulos, el "Danubio azul", el teatro de sombras quedaban abajo. Pero mis ropas estaban ensangrentandas, en mi boca el sabor metálico del hierro seguía persistiendo, aunque flotara, permanecería impura, pagando desconocidos pecados a algun antiguo y cruel dios, que me detestaba, porque me hacía ir hacia el, me quemaba con aquel negro sol que iluminaba aquella extraña Praga.
Y luego desperté y ese día fue realmente extraño.

1 comentario:

NEwTotro dijo...

Hola...

Debo decir que para ser un apesadilla es el sueño mas espectacular del que he sabido... lamentablemente estoy de vualta de una de esas trasnochadas de los viernes asi que dificil darle interpretacion... ademas que no se mucho de ti... pero esta espectacular... es mas bien un gran sueño que algo te dijo.

Saludos!!!!!!!!!!!!!!!!

Ojala nos encontremos un dia de estos conectados.